De joven Nicolas era de carácter indolente, poco interesado por los asuntos de estado (en 1892 fue nombrado presidente de la comisión que construía la línea férrea transiberiana, pero no se ocupó apenas de ello). Unos pocos años antes había conocido a Alicia de Hesse, de la que se enamoró; ello no gustó mucho a sus padres, pues su abuela la reina Victoria de Inglaterra tenía mucha influencia sobre ella. Nicolás fue enviado en 1891 a dar una vuelta al mundo junto con Jorge de Grecia, su primo, que le pareció aburrido, e incluso en Japón fue atacado por un fanático, que le hirió pero no de gravedad. Causó triste impresión en Londres en junio de 1893, con ocasión de la boda del futuro Jorge V de Inglaterra. Pero a pesar de su débil carácter, sí mostró decisión insistiendo en contraer matrimonio con Alicia de Hesse, a la que en 1894 terminó por pedir su mano y obtener su consentimiento por mediación del káiser alemán Guillermo II.
La zarina Alejandra el dia de su boda |
La boda no se celebraría hasta el 26 de noviembre de ese año, en el Palacio de Invierno de San Petersburgo, cuando ya era zar desde hacía algunas semanas, dado que su padre, Alejandro III, murió el 1 de noviembre en presencia de Nicolás y de los demás miembros de su familia. La coronación como emperador y autócrata de todas las Rusias se celebró el 26 de mayo de 1896 en la catedral de la Ascensión (Uspensky) de Moscú. Por otra parte, con Alejandra (el nombre ruso que adoptó Alicia) tendría cinco hijos: Olga (1895); Tatiana (1897); María (1899); Anastasia (1901); y el zarevich (príncipe heredero) Alejo (1904). Nicolás II, que tenía unos 26 años de edad al ser coronado, no se sentía preparado para afrontar tan gran responsabilidad, lo que se debía también a una mala educación. Su esposa Alejandra trataría en estos primeros momentos de infundirle la autoridad que requería, indicándole por lo general el camino de la autocracia. Pero ambos fueron vistos por la nobleza y por el pueblo como unos gobernantes tristes y alejados.